El acopio y el reciclaje de residuos electrónicos en la vida cotidiana

Actualmente, vivimos en la sociedad de la tecnología, en la cual el uso de aparatos electrónicos forma parte de todos los ámbitos de la vida de los seres humanos. El desarrollo incesante de avances tecnológicos ha incrementado la producción de electrónicos con una vida útil más corta, provocando un crecimiento incontrolado de residuos electrónicos, lo que se ha convertido en un fenómeno de alto riesgo para la humanidad y el medio ambiente.

En México, se originan al año alrededor de 1.1 millones de toneladas de residuos electrónicos y, se estima que para 2025 el país producirá 1.2 millones de toneladas, es decir, un crecimiento de 17%[1]. Ante este reto, se requiere del compromiso de gobiernos, iniciativa privada y sociedad en su conjunto, para generar acciones que contribuyan al cuidado de la salud, al mejoramiento de la calidad de vida de las personas y a la conservación del medio ambiente.

La sociedad civil puede realizar aportaciones importantes al manejo ambientalmente adecuado de residuos electrónicos al hacerse responsable de su consumo y uso. Por ejemplo, adquiriendo los aparatos absolutamente necesarios, prolongando su vida útil, reutilizándolos en la medida de lo posible y, sobre todo, identificando a tiempo el fin de su vida útil.

Para que los aparatos electrónicos funcionen, se utilizan sustancias químicas conocidas como Compuestos Orgánicos Persistentes, COP. Cuando los aparatos cumplen con su ciclo útil se convierten en residuos electrónicos y los COP que contienen se vuelven riesgosos, por lo que requieren un manejo especial. Deben resguardarse temporalmente en lugares techados en donde no exista filtración o presencia de agua y estén alejados de fuentes de calor o de otras sustancias corrosivas y disponer de ellos, lo más pronto posible, en centros de acopio autorizados. Estos centros se dedican a recibir o recolectar residuos para entregarlos a las recicladoras que harán su transformación final a través de procesos especializados.

En el proceso de reciclaje, los electrónicos se separan por componentes y los que aún son valorizables se reintegran a la cadena productiva para la creación de nuevos insumos. De esta forma, se reduce el uso de materias primas, se disminuye la generación de basura y residuos, se impulsa la economía circular y la creación de empleos verdes, se ahorra energía al reutilizar los recursos existentes, y se evita la generación de CO2 a la atmósfera.[2]

Con acciones sencillas en la vida cotidiana se contribuye al manejo adecuado de residuos electrónicos y a avanzar en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. [3]

[1] ONUD México. “Buscan SEMARNAT y PNUD reducir la exposición a residuos peligrosos de aparatos electrónicos”. Obtenido de: https://www.mx.undp.org/content/mexico/es/home/presscenter/pressreleases/2020/10/buscan-semarnat-y-pnud-reducir-la-exposicion-a-residuos-peligros.html

[2] REMSA. “¿Qué pasas con los electrónicos cuando los mandas reciclar”. Obtenido de: https://www.reciclaelectronicos.com/blog/2021/01/que-pasa-con-los-electronicos/

[3] ONUD México. “Buscan SEMARNAT y PNUD reducir la exposición a residuos peligrosos de aparatos electrónicos”. Obtenido de: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible