El consumo responsable, ¿existe en México?

El consumo y producción responsables forman parte del objetivo 12 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados en el 2015 por los Estados Miembros de las Naciones Unidas. A través de este ODS, se busca que las personas alrededor del mundo sean más responsables en su forma de consumir y las empresas sean más conscientes de sus métodos de producción y distribución. De esta manera, el consumo individual puede estar enfocado en una gran variedad de ámbitos de la vida cotidiana, tales como la alimentación responsable, la fabricación de ropa sostenible, la energía renovable, el consumo responsable del agua y la gestión de los residuos con posibilidad de ser reciclados y de los desechos tóxicos, entre otros.

A nivel mundial, cada año se desperdician aproximadamente 1,300 millones de toneladas de alimentos, mientras que casi 2,000 millones de personas se encuentran en situación de desnutrición o hambruna, incluso hambruna extrema en la que no consumen ningún tipo de alimento. Por otro lado, 2,000 millones de personas en el mundo son consideradas obesas o con sobrepeso ya que consumen más alimentos de los que necesitan [1]. Ante estas cifras, es vital el apoyo de la ciudadanía, empresas, sociedad civil y gobiernos para impulsar la toma de conciencia sobre el consumo y la producción responsables.

Otro de los grandes problemas que se deben enfrentar en el mundo y en México es el desecho ambientalmente inadecuado de residuos urbanos. En el país, en 2015, se calculó que la generación de residuos sólidos urbanos fue de 53.1 millones de toneladas. Dicha cantidad está formada por textiles, plásticos, papel, residuos de comida, entre otros.[2] Lo que equivale a 2.1 kilogramos diarios ese año por habitante. Esta cifra de la basura que a diario genera cada habitante creció 10.8 % en los últimos ocho años, de acuerdo con cifras de la SEMARNAT [3].

De igual manera, el desecho de residuos electrónicos en México hasta 2017 se calculó en 1,103, 570 toneladas. El 23.3 % de estos residuos se generó en los estados de Baja California, Jalisco y la Ciudad de México [4], representando un aspecto que debe adquirir mayor relevancia a nivel internacional y nacional, para evitar sus efectos adversos, como el daño al medio ambiente y la salud de las y los habitantes del país. Recientemente, el Gobierno de México y el PNUD estimaron que la generación de residuos electrónicos en el país podría crecer 17 % para 2026, cerca de 1.3 millones de toneladas por año.

Es importante que las sociedades actuales estén más conscientes de su forma de consumir todo tipo de productos, además de conocer cómo son procesados sus alimentos, vestimenta, energía, entre otros artículos, antes de llegar a sus manos. Evitemos el desperdicio y busquemos que los insumos con los que se fabrican los productos que consumimos sean reciclados o re-aprovechados. Pugnemos porque los ODS funcionen como una guía con la cual los gobiernos, los individuos y las empresas deban actuar, tomando en cuenta que los objetivos están interconectados entre sí, de forma de que las acciones a favor de uno de ellos pueden representar un gran beneficio en el cumplimiento de los otros.

[1] PNUD México, “Objetivo 12: Producción y consumo responsables”. Obtenido en: https://www.mx.undp.org/content/mexico/es/home/sustainable-development-goals/goal-12-responsible-consumption-and-production.html

[2] SEMARNAT, “Informe de la Situación del Medio Ambiente en México”. Obtenido de: https://apps1.semarnat.gob.mx:8443/dgeia/informe15/tema/pdf/Cap7_Residuos.pdf